Llenos de vitalidad e ilusión dos primos hermanos o hermanos primos como nos gusta decir hemos decidido darle una segunda vida a una tradición de toda la vida: el trabajo con esparto. Y aunque pueda sonar a oficio perdido, lo cierto es que lo hemos transformado en algo fresco, creativo y con mucho estilo.

Al principio, entre risas y dedos llenos de fibras rebeldes, nos lanzamos a hacer los clásicos: cestas, esteras y algún que otro salvamanteles. Pero la cosa no se quedó ahí. Poco a poco hemos ido experimentando y ahora no hay objeto que se nos resista: lienzos que sirven de inspiración para bellos paisajes, bolsos que parecen sacados de un catálogo moderno y hasta figuras de animales que encantan a los más peques de la casa.

Lo mejor de todo es que disfrutamos igual del proceso que del resultado.
Mientras trabajamos, charlamos, tomamos unos vinos, contamos anécdotas y buscamos nuevas vías de inspiración con un material tan humilde y que a la vez se puede convertir en algo tan bonito.

Hemos encontrado en el esparto no solo una forma de conectar
con las raíces, sino también un espacio para la creatividad y la amistad. Y
quién sabe, quizá este sea el inicio de un nuevo movimiento donde lo tradicional y lo moderno se dan la mano… ¡Esto es Esparto!